Transcurrido un año, desde que desempolvamos aquella vieja casita, en febrero de 2008 después de muchas tardes y fines de semana de manualidades, después de muchos mensajes multimedia, después de varias vistas a “El Gusano Alegre” y paseos hasta “Plumier”. Después de un fantástico fin de semana en la Feria de Miniaturas de Madrid, donde lo pasamos muy bien, donde nos asombramos de los trabajos y artesanos que allí vimos, donde compramos algún material y objetos para esta casita, donde incluso coincidimos con las veinteañeras que cuando eran niñas jugaron con ella. Después de todos aquellos momentos, en los que personalmente me divertí mucho, Graciela y yo dimos por terminada la recuperación de esta miniatura.
Era el momento de que Graciela empezara a “hacer” su casita. Decorándola, buscando ideas en tiendas o encontrando piezas en sus viajes y ampliando la galería de fotos. Serán momentos de igual disfrute que para mí han sido los de recuperar “aquella antigua casita olvidada en Topo Negro”.
Quedan detalles, como el montaje del jardín e incluso algún pequeño trabajo que se nos pueda haber pasado por alto. Esto seguro que supondrá una buena excusa para pasar buenos ratos juntas.
Era el momento de que Graciela empezara a “hacer” su casita. Decorándola, buscando ideas en tiendas o encontrando piezas en sus viajes y ampliando la galería de fotos. Serán momentos de igual disfrute que para mí han sido los de recuperar “aquella antigua casita olvidada en Topo Negro”.
Quedan detalles, como el montaje del jardín e incluso algún pequeño trabajo que se nos pueda haber pasado por alto. Esto seguro que supondrá una buena excusa para pasar buenos ratos juntas.
