sábado, 30 de mayo de 2009

Cuadros y Recuerdos



Colgar cuadros de las paredes de mis "Casitas" no sólo tiene un propósito decorativo. También hay, además de gusto por la pintura, un deseo de fijar en la memoria lugares visitados y que han quedado en la retina o en el ánimo porque nos recuerdan sitios donde tomamos una buena comida, donde encontramos una preciosa cerámica, donde disfrutamos de unas vistas inolvidables o simplemente un lugar apacible y hermoso por el que paseamos. Es otro tipo de souvenir.

Mi primer cuadro lo realicé yo misma a punto de cruz. El siguiente que colgué fue uno de los dos únicos originales que tengo, un óleo firmado por Elizabeth A. Brown. Lo encontré durante un paseo por Green Park (Londres) donde se ponían los pintores los domingos mostrando sus obras al aire libre.



También, las tiendas de los museos son un lugar estupendo donde siempre encuentro algo que puedo aprovechar para mis miniaturas o me proporcionan ideas. En uno de ellos, en Ávila, conseguí una carpeta de cinco láminas en miniatura con los monumentos más representativos de la ciudad y elegí una de ellas, la Iglesia de San Pedro, para enmarcar.



Tengo dos reproducciones de pinturas famosas, una es mi cuadro favorito "Las Meninas" de Velázquez. Otra es la obra "Una clientela dura", 1881, óleo sobre lienzo de John George Brown y expuesto en el Museo Thyssen-Bornemisza en cuya tienda adquirí el imán para la nevera que convertí en el precioso cuadro que cuelga de una de las paredes de la biblioteca de mi Mansión Victoriana.



Igualmente, de un museo (Museo Mucha, Praga) proviene otro de mis cuadros, el famoso cartel que diseñó Alfonse Maria Mucha para la publicidad del papel de fumar JOB en el año 1889, fiel representante del Modernismo o Art Nouveau. También encontré en Praga paseando por su formidable barrio judío, una laminilla con unas vistas de la ciudad tras el puente Carlos y el río Moldava.



El otro original es un grabado de San Gimignano, la ciudad de las bellas torres, y que encontramos en una pequeña tienda del mismo pueblo durante una vacaciones en la Toscana. De ese mismo viaje es la reproducción de una acuarela de Florencia. Otras "acuarelitas" son una panorámica de la plaza de los pintores de Montmartre, el barrio más bohemio de París y el que tiene más encanto, por algo es el barrio más pintado de París. Y cómo no, una vista de su monumento más emblemático desde los jardines Champ de Mars. Estas cuatro últimas láminas las enmarqué yo misma con barillas de madera y pintura color dorado envejecido.












Aún quedan viajes que hacer, y por tanto cuadros que enmarcar, pero también me queda hacer una incursión en la pintura, coger los pinceles y colgar "Mi Cuadro". El día que me decida os lo contaré.


2 comentarios:

  1. Mª Carmen.Me encantan tus cuadros.Tienes muy buen gusto para elegirlos y prepararlos para las casitas.Me llamaron la atencion pq me encanta la pintura,estudie Historia de las Artes y pinto al oleo.Asi que comparto contigo esta aficcion.Continua tu coleccion que nosotros la disfrutaremos.Te felicito.Un gran cariño.Juliana

    www.lasminisdelbosque.blogspot.com

    ResponderEliminar
  2. Hola Carmen, bonita colección de cuadros la que nos enseñas. Con el tiempo podras montar una sala de exposición. Besos

    ResponderEliminar